miércoles, abril 16, 2008

El original y la copia

No puede uno dejar de sorprenderse de la facilidad con la que los españoles de buenas intenciones caemos en las celadas que, una vez tras otra, preparan las izquierdas. La última celada tiene nombre y apellidos: Carme Chacón. Amiga de Zapatero, ex compañera de cama de Alfredo Pérez Rubalcaba y actualmente cubierta por otro peligroso elemento subversivo de apellido Barroso. Una calatana buenista (valga la redundancia) y fashion para el ministerio de Defensa, nada más y nada menos. Asumiendo el mando de los Ejércitos españoles, cuya historia es mejor no recordar en estos momentos porque les juro que me sale un nudo en la garganta.

Pensar que zp ha tomado esta decisión con el único objeto de desprestigiar el Ejército y conducir a la Derecha española a un callejón sin salida es ver sólo la mitad del escenario. Es cierto, quien critique a Chacón es machista + retrógrado + anticatalanista. Pero no es sólo eso. Podemos seguir pensando que nuestro presidente del gobierno es un sectario, que lo es, pero hay que reconocer que ha ganado dos elecciones consecutivas y que, si bien Dios no le otorgó la virtud de la inteligencia, zp puede presumir de una maquiavélica capacidad de manipulación que le va a llevar a destruir España en el tiempo récord de ocho años y, lo que es más lacerante, con la aquiescencia de la mayoría de sus habitantes.

¿Qui Prodest?

¿Quién se beneficia de ello? Es evidente. ¿Ven en los últimos post de RL alguien hablando de Rajoy? ¿Qué hay de Soraya? Carme no es más que el señuelo colocado por la derecha, una suerte de escudo humano que protege al valido de zp. Sabe la izquierda que una derecha mansa y adocenada es el mejor camino para seguir su proceso de deconstrucción nacional, y la mejor manera de tener contentas a las huestes del otro lado es con un poco de carnaza. Eso es Carme, un simple trozo de carne para despistar al contrario. Soraya, a su lado, será el contrapunto, la imagen de esa otra derecha que nos quieren meter con calzador. Algo que, por cierto, ya comentó en su blog Federico. Y, claro, la compararemos con Chacón y pensaremos que hemos descubierto a nuestra Dama de Hierro. Nada más lejos de la realidad, señores. Carme es el original, y Soraya, la copia.

Permítanme que les cuente una historia. No es habitual que comente en este foro cuestiones de mi historia vital, de mi bagaje intelectual o sentimental, porque a ustedes les importan un pimiento, pero entiendo que si han llegado hasta aquí es que les interesa mínimamente lo que digo. Cuando vi a soraya la primera vez, hace pocos años, me dio un vuelco el corazón. Esos ojos inquietos, de animalillo nocturno, esa voz cuidadosamente correcta, ese atuendo de clase media-alta de la meseta castellana que, aun después de décadas en Madrid, todavía distingue a las chicas de su procedencia… me recuerdan poderosamente a mi exmujer. Y estos días he descubierto que, entre otras muchas cosas, Chacón tiene algo –posiblemente la progresía o la frivolidad- de una de mis primeras parejas, también catalana.

Huelga decir que ambas historias acabaron en decepción, si bien las vías que llevaron al amargo final fueron de todo punto diferentes. Ahora, el motivo por el que les cuento esto es porque, al final, da lo mismo mojigatería que amoralidad, son ambas expresiones de una misma debilidad de espírito, de un entender las relaciones humanas a partir no de unos férreos principios, inalterables y de validez absoluta sino de un manual de buena persona imprengado de buenas intenciones, relativismo y, en definitiva, egoísmo. Las dos decepcionan igual, y sólo cuando se ha visto la moneda desde la cara y desde la cruz

Inmersa en esta desilusion y desenganho se halla España. Enfrentada a dos vaciedades que en su seca oquedad solamente prometen el yermo. Nada puede crecer que valga la mas minima pena en semejante falta de entusiasmo y de deseo por lograr la excelencia, un cierto climax de compromiso que una vez alcanzado abra nuevas posibilidades, una hasta ahora ignorada redencion, un camino por el que deslizarse comodamente seguros de que a ambos lados crece lo que hasta entonces ha estado reprimido. Ese blando buenrollismo de mirada vacua que acaba en la molicie mental es la mejor arma contra la accion decisiva, contra la cirujia de hierro que se va haciendo imprescindible e imperiosa antes de que no haya cuerpo en que hundir el bisturi para sanarlo. Tanto montan, montan tanto Carme como Soraya, Soraya como Carme, y al final tan solo nos espera ese vacio que cava la ausencia de ideas de verdad, ferreas pero flexibles, inevitables. Sus manos apenas sirven para hacer una fosa de poca hondura pero atraccion terriblemente poderosa para los debiles, una fosa para las ideas y la libertad sobre las que tantos quieren echar tierra. La venda en los ojos y los nudos en las muñecas conforman un espectaculo bueno tal vez para un momento frivolo, pero acaba matando por dentro a quien se da completamente a tal ceguera.

Hace falta, una vez mas, otra cosa. Que tiene nombre y apellidos, bien cristianos y españoles, por demas. Feliz coincidencia.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿EXmujer? ¿como que EXmujer?

¿¡Pero que clase de católico es usted!? un matrimonio es para siempre. Por mucho que vivan separados, para la Iglesia siguen siendo marido y mujer. Y punto.

O...- si sigue por este camino empezaré a pensar que de verdad es un fake, como insinuan - o proclaman abiertamente - algunos

5:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando vi a Soraya la primera vez, hace pocos años, me dio un vuelco el corazón. Esos ojos inquietos, de animalillo nocturno, esa voz cuidadosamente correcta, ese atuendo de clase media-alta de la meseta castellana que, aun después de décadas en Madrid, todavía distingue a las chicas de su procedencia… me recuerdan poderosamente a mi exmujer.

Plas, plas, plas, plas... Quesitos, ¡qué grande eres!

5:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Inmersa en esta desilusion y desenganho se halla España. Enfrentada a dos vaciedades que en su seca oquedad solamente prometen el yermo."

XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Quesitos, ¡eres cojonudo!

No he visto nunca nada igual...

10:37 p. m.  

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