domingo, diciembre 02, 2007

Pareja occidental v. pareja musulmana

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Visto en: http://pizdaus.com

sábado, diciembre 01, 2007

Alegoría mercantilista


Vengo totalmente arrebatado de ver la que sin duda es la obra maestra de los hermanos Coen, muy superior a las azucaradas Fargo y The Big Lebowski. Raro placer me ha causado contemplar en el rojo de Bardem la encarnación de una perspicaz alegoría de la iniciativa privada, un incomparable juggernaut mercantilista que arrolla a los timadores, matones, ladrones y moralistas que encuentra a su paso.

No Country for Old Men es la cita ineludible de todo liberal que se precie ante su próxima llegada a España. Como el mismo título indica, no es apta para los seguidores acríticos de sabiduría recibida, las ovejitas irracionales que agachan la cabeza ante una moral impuesta por otros. La cinta sucede, no casualmente, en el sur de Texas, en los gloriosos años de la presidencia Reagan. Narra la cinta un circunspecto Tommy Lee Jones, incapaz de comprender que el tren del futuro se le ha escapado (impagable el encuentro de su decrepitud moral ante la decrepitude física de su padre inválido.

Prefiero no revelar muchos detalles con el fin de no estropearle la intriga a nadie. En breve: una transacción comercial se va al traste y termina a tiros. Del producto de la venta se beneficia, sin ser apenas consciente de ello, un pobre perdedor, auténtica basura de trailer park (Josh Brolin). A diferencia de la sobrevalorada “Pulp Fiction”, el maletín lleno de dinero no es aquí la excusa para efectistas piruetas narrativas. El capital y el deseo que éste generan tanto entre quienes lo merecen y los que no son el puro centro de la narración. No hace falta extender demasiado el tema para apercibirse que la cinta es una alegoría sobre esos perdedores que buscan apropiarse de los frutos del trabajo y esfuerzo de otros.

Entra el enigmático Anton Sirguh (Javier Bardem), un ser de facciones y acento equívoco. Como el capital, no tiene filiación familiar, raza ni nacionalidad discernibles. La misión de Sirguh es recuperar el dinero perdido. Armado con una botella de oxígeno, elimina a todos los aprovechados y listillos que pretenden hacerse con el famoso maletín. Impagable su impasible negativa a aceptar la moral que pretenden imponer los otros: “no tienes por qué hacer esto” es el lema de los pusilánimes beneficiaries del esfuerzo ajeno cuando la ominosa presencia de Chirguh se manifiesta ante ellos. Impagable la escena final entre Bardem y la única actriz de la cinta.

Un fresco soplo de aire (u oxígeno a presión si se quiere) comparado con el viciado y moralizante panorama del celuloide europeo, Hollywood abraza de unos pocos años para acá los valores del individualismo, la virilidad y la coherencia. Estoy esperando a encontrar tiempo para ver Beowulf, aunque creo que se puede dictaminar ya que No Country for Old Men está destinada a ser la cinta de referencia de los defensores de la en el año que empieza.