domingo, junio 08, 2008

Premio Desbarra Libre a la quesuística liberal (1)

El experto en juegos de rol de Micro Manía ahora es experto en economía austríaca y nos regala perlas como esta:

Por último, los cambistas (banqueros) que quiebran son decapitados, según decisión del Consul del Mar. Directamente. Si esta norma existiera en la actualidad, tal vez no estaríamos sufriendo la crisis económica en que estamos inmersos. En la Edad Media eran bien conscientes de que el banquero no podía prestar fondos que no tenía y que, dada la gravedad de hacerlo, si no era capaz de responder ante sus depositarios, lo pagaba con la vida.

Apunta uno de los comentaristas que en la Edad Media la decapitación era un castigo reservado a los nobles, cosa que se aprende en cualquier curso de historia medieval o del derecho. El abogado que escribió ese engendro debería haber sabido esta y otras muchas cosas en las que erra salvajemente en su novela. Conociendo sus fuentes históricas, qué cabe esperar de sus economistas.

Manchego no discute que el tratamiento diferente que reciben los crímenes contra la propiedad y los crímenes contra las personas está en la base de muchas injusticias. De aquí a proponer algo tan antiliberal como la pena de muerte para un crimen financiero es un ejercicio de demagogia barata que sonrojaría a los mismísimos John McCain o Hugo Chávez. Premio Desbarra Libre al espíritu mancheguístico a Don Ferhergón y que rule lo que se fuma.

miércoles, junio 04, 2008

Lo último que te podrán quitar son las ganas de reírte de ellos

Como no somos "liberales" no seguimos ciegamente a ningún líder ni esperamos que un talibancillo de estar por casa nos dicte cada mañana lo que debemos pensar.

En cambio hay sujetos que nos inspiran no por lo que son ni por lo que dicen sino por lo que son capaces de hacer. Tenemos un gran placer en presentarles al fake de fakes, el hoax de hoaxes, más grande que el Modest Proposal de Johnathan Swift: Stephen Colbert en la cena de corresponsales de la Casa Blanca en 2006.

PS: Por razones de copyright parece que no es posible hacer el embedding de Google Videos. Sigan el enlace.

lunes, junio 02, 2008

No permitan que la educación nos distraiga de nuestros objetivos militares

La hoja de Albacete continuará publicando textos que manifiesten espíritu mancheguístico, es decir, todo discurso que muestre el frágil y fantasmal límite entre la pura payasada y el "liberalismo" neocon, anarcocapitalista, tardofranquista y/o teocrático.

Este nos lo envía Carlos, desde EEUU. Lo escribe Elliot Kazan, del Daily Show. Gracias Carlos.


Don't let the War Derail Our War Efforts

When your grandfather bored you with his war stories, he probably mentioned the G.I. Bill. Named for Col. William “G.I.” Bill, this 1944 law granted scholarships to veterans, making higher education a reality for thousands. “G.I.” stood for “gastrointestinal,” a reference to the Colonel’s digestion issues. Now a modern G.I. Bill is facing stiff opposition from Republican leaders. They fear that soldiers with scholarships will choose their own selfish brains over America and desert the military. And with enlistment rates dropping — probably because the war is so popular potential enlistees assume they won’t get in — there’s nobody to replace them with. The fact is, if America’s warriors can afford college, our army will disappear.

Besides that, it’s just not cost-effective. At the dollar’s current exchange rate on the International Violence Index, economists estimate it’d take 50 years of war to equal the market value of one semester of college. Matriculating our soldiers before 2053 would be like giving them a college education for free, implying that learning is worthless and shouldn’t be taken seriously. As a result they’d slack off and fail to make the most of their education. Better they don’t go at all, then that they waste the opportunity.

And don’t forget, much of today’s fighting isn’t done by humans, but robots — airborne drones, mine detectors, Johnny 5. If we send human soldiers to school, robots will want to go too. And once they’re in college, it won’t be long before robots want to legally marry. Same-sex couples are hard enough for America to swallow.

Besides, our soldiers are learning more now than they ever could in some stuffy classroom. They’re studying at the country’s most prestigious military academy: the military. Rather than wasting time with useless junk like literature, they’re in a unique course of personal growth-oriented study, like a Montessori school with explosions. That’s better than college and, at $1 billion a day, way more expensive. If anything, it’s time our soldiers stopped taking advantage of America’s generosity, became adults, and started paying their own G.I. bill. It’s a lot of money, but that’s what work-study jobs are for. And the confidence that comes from making your own way without anyone’s help is priceless. It’s a feeling they’ll carry with them wherever we decide to send them next.