Fuego en el cuerpo
Esta misma persona me había confesado hacía unas semanas que esperaba que el retiro de los “baby boomers”, combinado con el aumento de la población inmigrante en su (¿debería decir nuestra?) zona, ejercieran la presión necesaria para que el Estado aumentara los salarios a los educadores. Así que yo le recordé nuestra conversación y le pregunté si sus expectativas laborales no se basaban en el aprovechamiento de unas circunstancias impuestas por la madre naturaleza, esto es: el envejecimiento y desfase tecnológico de una generación de viejos profesores, combinado con el aumento demográfico promovido por el aumento de población motivado por la presencia creciente de inmigrantes con poca educación y pocos incentivos en esta vida más que para producir hijos que les sostengan en el futuro (en Europa les sostiene el estado y por eso no tienen tantos como en Estados Unidos).
No comprendiendo (o fingiendo no comprender), se ha alejado diciendo “You are a piece of work, Roberto”. Pero eso tendría que haber disipado su error acerca del aprovecharse de la madre naturaleza. En cuanto a su segunda queja, debería aprovecharse del atalaya que le proporciona su (nuestra) posición como enseñante para aprender sobre la naturaleza humana.
El feo de la clase en la escuela superior o en la universidad también se halla en una situación de emergencia (cualquier hombre que haya pasado más de dos meses a pan y agua da fe de ello) cuando desea aparearse con hembra resultona. Debo añadir que todavía no he conocido ninguna izquierdosa de buen ver que se la chupe a nadie en pie (o rodillas) de igualdad para compensar por la putada que la naturaleza le ha hecho al feo. La gente guapa e inteligente suele aparearse con gente guapa e inteligente. El feo tiene dos opciones: a) ponerse en modo llorica “si yo soy tan buena gente, ¿por qué nadie se acuesta conmigo? (seguro que alguien conoce a alguno); b) dedicarse con esmero a alguna actividad que le pueda proporcionar beneficio o atención con el que compensar su falta de dotación en otros sentidos. A la larga, es probable que el feo que siga la opción b termine poseyendo más objetos de deseo que cualquier guaperas de “high school”. ¿O se piensan que este joven iba por ahí hace unos años pateando balones sólo porque le gustaba?
Esto ilustra como, en cierto modo, la búsqueda de la virtud y el mejoramiento personal son producto de una búsqueda por sobrepasar las limitaciones que nos impone la naturaleza. La belleza del mercado radica precisamente en que aporta el canal donde esta superación puede ejercerse de manera más limpia. El incendio, sin duda, es una tragedia para sus víctimas, pero si nadie cuestiona que los vendedores de mascarillas antipolvo hagan su agosto, nadie debería cuestionar que la industria hotelera vea en ello una oportunidad para revitalizarse. Según esta pobre colega mía, las constructoras americanas (que se hallan en crisis desde hace un tiempo) no deberían aprovechar esta circunstancia para revitalizar el sector: a lo mejor deberían hacerlo gratis y una vez que quiebren, para el próximo incendio ya vendrán “voluntarios” del koljoz más próximo a levantarle una choza de ramas y piedra.
2 Comments:
Quesitos, tú tienes que ser muuuuuuuuuy feo para querer compensarlo con tus pistolas y tu mierda de blog. ¿A quién quieres impresionar?
Bueno, lo importante es que le ponga al Oso de Dakota, el resto da igual.
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