Prioridades (2)

Dijo Aquiles en día del "orgullo":

Yo veo en todo esto del colectivismo gay horribles parecidos a la eterna e imposible de satisfacer reivindicación nacionalista o terrorista: nunca, nunca se van a dar por satisfechos.

Y responde hoy Mary White:

More, tienes toda la razón. Pero yo diría más. Cada pepero o simplemente cada persona que se juega la vida en el País vasco por defender la libertad hace mil veces más que todos nosotros juntos con nuestras discusiones bizantinas, por más que no sean nimiedades. Hay que vivir allí para entenderlo. No he vivido en el País Vasco pero sí conozco varias personas que han vivido allí mucho tiempo, y se la han jugado más incluso que los peperos de los que hablamos y de quienes acabo de decir que hacen mucho más que todos nosotros juntos. También conozco gente normal que simplemente han decidido irse para criar a sus hijos en paz. Lo respeto, pero el valor del que se queda, y del que se queda dando la cara es enorme.

Ya dice el gran Enrique Dans que la blogosfera es en realidad conversación. Red Liberal es precisamente eso, productiva ojalá, y sin olvidar nunca las prioridades. De esta conversación a través de los días y los niveles diferentes que son un post en un blog propio y un comentario en una bitácora ajena se puede deducir algo: nos han robado las prioridades. Hay que recordar que la primera es antes que nada la lucha por la libertad y la propia dignidad (valga la redundancia) que muchos seres humanos valientes llevan a cabo cada día. El colectivo gay, ocupando ese espacio que debería ser de todos con sus obsesiones, los oprime a todos silenciando lo que se ve expulsado a los márgenes. Sus cuestiones, tan particulares, merecen su cierto respeto pero no la continua ocupación de medios afines que en realidad los emplean para saturar la conversación y tachar lo que son prioridades verdaderas salvo para aquellos a quienes todos esos valientes les sobran... salvo para entregarlos atados algún día a quienes ya se rindieron en su día. Cada carroza prozapatitos que obtenga fotos, subvenciones, patrocinio y, sobre todos, minutos y páginas en los grandes medios contribuye con su histerismo a callar a quienes se merecen toda esa atención y todo ese apoyo, a aquellos verdaderamente oprimidos, silenciados, amenazados en su día a día por verdaderos asesinos, no convenientes hombres de paja conjurados por ese nuevo abracadabra que es la palabra "homofobia". Otra lucha más, arrebatarles la agenda y las prioridades a, entre otros, un colectivo cómplice con quienes nos traicionan a todos. Los motivos para estar verdaderamente orgullosos son otros y no consisten precisamente en sudar semidesnudo-semivestido de cuero en una carroza que solamente se quiere usar como mordaza. Otra más.