Entre Ballesta y Olegario
Reconozco que sigo a este jugador desde que fue máximo goledaor de la Liga jugando en el Rácing de Santander, hace ya bastantes años. No recuerdo si Salva Ballesta llegó a ser internacional, pero sí que pasó por Valencia y Atlético de Madrid antes de recalar en el Málaga y el Levante. Es un tío difícil que no se muerde la lengua, y quizá eso le ha perjudicado en su carrera como delantero rompedor. Ahora los muchachos de El País le han puesto en la picota, oh, por osar insultar a Olegario Presas, jugador de Fútbol Club Barcelona más conocido por sus devaneos con el movimiento okupa, independentista, antisistema y antiloquesea que por su profesión, supuestamente defensa central.
Como sabrán, Olegario defendió al sanguinario terrorista De Juana en un artículo publicado en un libelo catalán. He de reconocer que al menos Olegario tuvo la audacia de defender a De Juana antes que los demás, que esperaban la señal de ZP para ejercer de plañideras alrededor de la cama donde el asesino fornicaba con una pareja (una supuesta mujer de pelo sucio) a la que la televisión pública ha hecho famosa. No me extrañaría verla de la mano del homosexual de ‘Aquí hay tomate’ o en una seudopelícula del Almodóvar o el equidistante Medem.
No es la primera de Olegario. Antes calificó el asesinato de un presidente del gobierno como concurso de salto de altura, entre otras muchas perlas. Pero, claro, Olegario juega con ventaja. Juega en el Fútbol Club Barcelona, més que un club, donde la política y lo catalán lo impregnan todo. Kelme, con buen criterio, retiró el patrocinio a Olegario por sus asquerosas declaraciones, y pronto se conviritó en objeto de ira de los independentistas catalanes, que recogieron firmas a favor del boicot a la empresa catalana. Ellos, que tanto lloriquearon con el boicot al cava.
Ahora el objetivo de las baterías progresistas es Salva Ballesta, convicto de un delito de opinión. Le preguntaron a Ballesta por las declaraciones de Olegario y dijo, simplemente, que le tenía más respeto a una caca de perro. Quizá la elocuencia no sea la principal virtud de Ballesta, pero cuando lo ví pensé “ole, ole y ole. Olegario”. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Por lo visto Salva pinchó en hueso, y el Barcelona de Laporta, cuyo odio por lo español es conocido, denunció a Ballesta al comité de competición por sus declaraciones. Hoy la página de deportes de El País no tiene nada mejor que decir que Salva dijo hace varios años que le gustaría conocer a Tejero.
Ahora se entiende. No es lo que Salva diga. Es por quién es Salva. Un jugador que, anatema, lleva grabada la bandera española en sus botas, que pone al país por delante de su familia, que iría a Irak a luchar con sus compañeros, que preferiría ser militar a futbolista y que soltó un Arriba España alto y fuerte en los micrófonos de la cadena SER. Alguien que no se avergüenza de ser español, y que lo dice alto y fuerte. Como debe ser.
1 Comments:
Arriba España, viva Salva Ballesta y ole a Kelme.
De Laporta y el Olegario Cejas, ¿qué vamos a decir?. Como decía mi abuela, "ojalá les caiga un bombón de mierda en la boca"
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