La directora de mi centro, una de esas nuevas lumbreras de la pedagogía, nos impone compartir nuestro e-mail con los estudiantes en aras del beneficio pedagógico que implica la proximidad entre docente y estudiante (ella, que es la directora, no es consciente de que quienes enseñamos ya pasamos muchas horas con ellos y que nos ven a diario y saben que estamos disponibles para lo que necesiten). En fin, que uno recibe pacientemente mensajes absurdos con llamamientos a salvar el mundo, buscar niños desaparecidos, denunciar gatitos bonsai o pollos amorfos criados en KFC y toda clase de impensables cadenas enviadas por algunos alumnos con proclividad a la histeria colectiva a los que ya se ve que son futuros votantes del PSOE. Pero a veces uno recibe cosas que merecen la pena, como esta que uno de mis alumnos más inteligentes de este nuevo año me envió ayer, disculpándose por la indescriptible ortografía del material. Traducida del "papichulo" (el idiolecto de nuestros púberes de hoy) al español, la cosa reza así:
Resulta que llego el otro día a una terraza de un bar en mi pueblo (Griñón) con el A6, mi mujer y yo, aparco justo enfrente de las mesas y sillas y al lado de un pedazo de mercedes 600 SEL V12 con matrícula m....nm o sea que si no me equivoco es del 1992 más o menos. Bueno, a lo que vamos: nos sentamos justo enfrente de los dos coches y creo que el dueño era un cincuentón que estaba tomando algo con su mujer a nuestro lado. En esto llega un 206 ultrastreetrayotunnig en un color inexplicable y todo reluciente y lo típico, con las ventanillas bajadas y la música de máxima f.m a tope y pegando acelerones para que se oyeran sus "maxmegatubarros". Va el tío y aparca en doble fila detrás (en gran parte) del Mercedes y del mío, se bajan dos pinpines con los pelos despeinados hacia arriba y engominaos hasta el culo, se quedan mirando el Merche y mi A6 y se sientan en la mesa de al lado con otros tres colegas que ya estaban en la terraza.
Cuando iban a sentarse el hombre del Mercedes le dice educadamente al chico que le quite el coche, que va a salir, el "neng" le dice que sí, que ahora mismo y entre risas con sus amigos comenta por lo bajini que una mierda, que mucho coche pero que le va a tocar esperar un ratito. Mientras él se regocija con sus amiguitos, los cuales también se partían el culo, el cincuentón del Mercedes con el coche ya un rato encendido le toca el claxon y le dice que haga el favor de quitárselo y el niñato le dice "que te esperes hombreeee, tanta prisa y tanta polla". Palabras textuales. El crío sigue bebiéndose su caña con los amigos de fondo partiéndose el culo.
Ahora viene lo bueno. El tío del mercedes mete marcha atras y acelera a tope con los 408 cv que tiene el bicho (si no me equivoco) y le mete al del 206 un estacazo del copón y le empotra toda la puerta del copiloto pa dentro, medio metro por lo menos. Yo y todos los de allí nos kedamos así, menos el crío del 206 que se quedó asá. Se abalanzan sobre él todos los chavales y tres o cuatro tíos que estábamos allí les paramos los pies. El dueño del 206 le empieza a gritar al del merche que si está loco, que si tal....
El cincuentón se baja tranquilamente (la mujer ni se menea, se queda sentadita) y le suelta al chaval: "No habia visto el coche. Creía que ya lo habias quitado", y luego le dice para mí la frase del siglo, al loro:
"MIRA HIJO PARA SER CHULO EN ESTA VIDA HAY QUE TENER COJONES Y DINERO y ahora saca los papeles que hacemos el parte y no te preocupes que la culpa la he tenido yo pero tu coche se va a quedar un mesecito en el taller, un poco más de lo que tú me has hecho esperar a mi".
Im-presionante, la gente hasta aplaudia, el niñato no sabía dónde meterse y creo que no va a olvidar esa frase en su vida, je, je. Fue para verlo, casi le pido un autógrafo al del merche, mi héroe y hasta a la mujer que ni siquiera hizo gesto de preocupación. A todo esto decir que el Mercedes ni siquiera se abolló: unos rasguños de la inexplicable pintura del otro y ya está. Vamos ni comparacion con lo que le hizo al 206.
2 Comments:
Muy mal hecho por el cincuentón, porque deduzco que el 206 estaba mal aparcado, y es lógico que el cincuentón no lo viese, y por tanto debería ser el dueño del 206 el que pagase los daños del mercedes aunque fuesen pocos.
¡Por fín un acto de civismo como Dios manda!
¡Bravo por el del Mercedes!
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