Retroalimentaciones: el Estado nunca se dispara en el pie, aunque lo parezca
El estado se arroga el derecho de prohibir la libre circulación de personas, y a tal efecto contrata una firma para que levante una valla. Si el estado es medianamente eficiente con los impuestos de los sufridos pagadores, contratará una firma que pueda terminar el proyecto de forma barata. Esta firma asimismo necesita obtener un beneficio de esta operación, para lo cual la firma debe minimizar el coste de la producción y asimismo ofrecer un precio barato al Estado. La única solución posible para ello es emplear la mano de obra que se ofrezca más barata. En suma, el estado necesita una firma que emplee inmigrantes ilegales para levantar una valla que detenga a los inmigrantes ilegales. A esto lo llamo yo lógica marxista. La parte contratante de la primera parte...
En consecuencia, parecería que el Estado no hace sino dispararse en el pie y hacerles la vida imposible a propios y extraños. Pero sólo lo segundo es más cierto que lo primero: dificultar las condiciones de entrada de la inmigración no hace sino encarecer el precio de la mano de obra ya presente en el interior del país, con lo cual los proyectos estatales son más caros, con lo cual el Estado debe recaudar más impuestos, con lo cual los trabajadores piden salarios más altos, con lo cual... Pero este fenómeno provoca también un encarecimiento de los productos del mercado privado, de modo que éstos se vuelven menos competitivos ante productos exteriores producidos sin constricciones innecesarias. ¿Cómo taponar el efecto de la mediación estatal? Con más tapones en forma de aranceles y demás restricciones que creen la apariencia de un Estado preocupado por defender la industria y los servicios locales cuya labor ha estado entorpeciendo y tasando innecesariamente desde el principio.
La parte peor del drama es que estas vallas no sirven de nada y no hacen sino fortalecer el poder de mafias que operan a ambos lados de la frontera (en México hace años que mafias y cuerpos policiales actuan mano a mano, como tuvo a bien de recordarnos el bueno de Jorge Valín), secuestrando personas que acuden a EEUU en busca de una vida mejor y terminan secuestradas trabajando en peligrosos laboratorios de procesamiento de metanfetaminas, prostituidas a la fuerza, o trabajando gratis en compañías de construcción asociadas.
La mejor manera que tiene el Estado de parar esta locura es análoga a otra que destruiría las redes de narcotraficantes: legalización de la inmigración. Pero que nadie se equivoque: el estado nunca se dispara en el pie, aunque lo parezca. ¿De verdad cree alguien que van a meterse con gente tan peligrosa como narcos y mafias sólo por el bienestar de unos mexicanos y salvadoreños ávidos de mejorar su vida? ¿Y liquidar un negocio tan lucrativo como la intervención? Mejor meterse con un empresario que paga a estos inmigrantes y convocar una rueda de prensa para que la población media duerma tranquila.
1 Comments:
Toda esta mierda sucede porque el estado se empeña en prohibir el tráfico de drogas y en dar prestaciones sociales.
Si no se prohibieran las drogas, las mafias no se verían incentivadas con precios elevados a pasar droga, y si no hubiese prestaciones sociales "gratuitas" sólo los inmigrantes con intención de trabajar vendrían a pun país con mejor nivel.
Consecuencias de un estado hipertrofiado.
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