lunes, agosto 07, 2006

¿Pues qué creían que era el socialismo?

Este fin de semana he estado navegando por la blogosfera izquierdosa. Hay pocas cosas dignas de mención, aparte de lo manido, trasnochado y poco original de las consignas. Puede uno imaginárselos perfectamente como Sturmtruppen de la internet: ningún criterio, ninguna diferenciación, una especie de agente Smith multiplicado por sí mismo ad infinitum, pero sin las dotes teatrales de Hugo Weaving. También ha resultado curiosamente enternecedor contemplar a los florales y alucinados personajillos de Las Ideas, pues creía que los hippies habían seguido el camino del dodo. Pero ahí siguen, vivitos y coleando. Por último, me he pasado por el blog de Ignacio Escolar, que es, según tengo entendido (y a juzgar por la fauna que se reune en sus comentarios y foros) punto de reunión de la izquierda juvenil (o al menos eso es lo que se infiere de la escasa madurez de algunas intervenciones). No ha conseguido impresionarme: un tipo que no se moja, que se limita a citar material de otros periodistas y bloggers y que se nutre del material proporcionado diligentemente por sus Jugend. Así cualquiera bloguea.

Leyendo el material citado por el susodicho Escolar, llego a un curioso artículo en el que un columnista progre se lamenta por la debacle causada por el castrismo. Entrañable el siguiente pasaje:

Es imposible que la Cuba que imaginaron aquel puñado de barbudos que se hicieron fuertes en Sierra Maestra y derrocaron a Batista guarde algún parecido con la triste imagen que devuelve el espejo de la realidad actual. Un país de presos políticos y de cartillas de racionamiento, un régimen que ha colocado en cada esquina a un comisario del partido, un prostíbulo sórdido que satisface los deseos más bajos del turismo del todo incluido no puede ser la patria del socialismo. Forzosamente, el socialismo ha de ser otra cosa.
Atención a la última frase. No, señor Escudier, no se esfuerce. Precisamente, el socialismo es todo esto que usted dice, el resultado que cabe esperar de la planificación gubernamental, la economía de diseño, el idealismo acientífico sobre la condición humana, la regulación del comportamiento humano por decreto, y, por encima de todo, la corrupta y corruptora burocratización de la sociedad a todos los niveles. Si le conociera personalmente, le pediría que contemplara esto: socialismo en estado puro (hallado en el blog de Juan Carlos Rodríguez. AVISO: son imágenes MUY DESAGRADABLES tomadas clandestinamente en los hospitales del régimen; ).

De todas maneras, el resto del artículo resulta entrañable, como digo, porque en él vemos al progresista que razona y que, aún así, se aferra con desespero a su fe. El señor Escudier parece inteligente, y no dudo que en su pugna la razón terminará prevaleciendo. No hay nada más doloroso en el mundo que perder una fe, pero no tema: al llegar a la luz al final de la caverna los resultados pueden ser, después de la ceguera inicial, magníficamente reveladores. Ánimo.

Actualización: Resulta que el propio Juan Carlos ya advirtió el mismo artículo que encontré aquí y le dedica un jugoso post.