Los análisis detectan Goma 2 ECO con DNT en todos los escenarios del 11-M

De esta forma vergonzosa titula el diario de Vocento su artículo sobre el informe de los peritos. Nada importan las incoherencias que tan bien señala, por ejemplo, José Carlos Rodriguez. Nada importa que vaya en contra del ajustado artículo de Red Liberal. Qué va, les da igual. En esta España en la que Zapatero dirige una ofensiva contra la derecha en muchos y variados frentes (desde el educativo al judicial, desde las instituciones penitenciarias "gruyere" hasta la corrupción de informes elaborados por profesionales fuera de toda sospecha) están los que se acobardan y los que no. Peor aún, están los que se oponen a pesar de las pérdidas que puedan sufrir en semejante combate y están los que se venden al enemigo y apuñalan en la espalda. Los bandos están claros, lo cual no significa que quienes se han cambiado recientemente se merezcan el más mínimo elogio por dejar clara su posición.

El ABC, un periódico digno que tan íntimamente está ligado a la infancia de muchos que nos inyectamos ahí por primera vez las dosis de política, actualidad y deseo de conocer el mundo y las ideas, nos traiciona. Hay muchos recuerdos de esos días en los que por primera vez nos manchábamos los dedos de tinta. Primero los domingos, cuando nos integrábamos por fin al ritual familiar de leer la prensa. Después toda la semana, cuando a lo mejor hasta éramos nosotros quienes lo comprábamos. Hay mucho en ese diario para toda una España, para media España, para la mejor, un diario que no es que ya no sea lo que fue, es que ahora es nuestro enemigo. Ahora nos traiciona, nos traiciona a nosotros y traiciona a generaciones de hombres de buena voluntad de contribuyeron con una prensa impecable y generosa a obtener una España cada día mejor, a conservar las cosas mejores de una España amenazada por sus peores enemigos, los de las pistolas y los despachos, los del pasamontañas y los de la chaqueta de pana, los de las bombas lapas y las excarcelaciones, los de la kale borroka y los encuentros secretos, los del terrorismo de estado y la cal viva.

Ese diario ha dejado claro de qué lado se encuentra. Espero que todos aquellos que aún lo compren por motivos sentimentales (no hay manera de imaginarse que alguien, a estas alturas, lo compre por otras razones) le dé la espalda a semejante órgano infame de destrucción de todo aquello que defendió tan gallarda y notoriamente un día.