jueves, agosto 31, 2006

Nuevo blog

Debo ser gafe, porque poco después de mi integración, Red Liberal ha caído. En serio: ando con mono de algunos de mis blogs favoritos, que, mira tú por donde, se alojan todos allí. Espero que esta caída no sea a causa de un nuevo ataque del liberticida de guardia y desde aquí le envío mis saludos y mis mejores deseos a su administrador, Daniel Rodríguez, a quien agradezco mucho que me haya integrado en la Red.

Total, que he tenido que orbitar por planetas cercanos y a través de Barcepundit he llegado a un nuevo e interesante blog centrado en el rol de España en la política internacional. Se titula, irónicamente "¡Oh! ¡El neocon se ha comido al perro!". Muy recomendables todos sus artículos, especialmente "Poco hacemos", "Tópicos sobre Irak" y "Una de Alianza de Civilizaciones" (en cambio lamento disentir un poco de su lectura sobre el franquismo, que aún así ha dado lugar a una jugosa discusión).

Felicidades a Dick Tupin, a quien leeré asiduamente en el futuro, y mis ánimos a Daniel, quien puede contar conmigo en todo lo que este solitario manchego pueda servirle.

La venganza de los pastafarianistas

Los progres de EEUU, capitaneados por tipejos como Michael Moore, Jesse Jackson, Al Sharpton o John Kerry, son los peores que hay. Peores incluso que los españoles, porque los nuestros están engañados por el dominio persistente de la ideología estatista. Pero defender ciertas sandeces a la vez que se disfruta de las ventajas que proporciona un dominio mayor del sistema capitalista no es de ignorantes: es de inmorales.

Venganza, qué nombre tan apropiado para la página web de unos furibundos progres de EEUU. Les cuento la historia. En vista del creciente número de profesores y científicos expertos en la teoría del diseño inteligente, el director del consejo escolar de Kansas decidió que debía dedicarse tiempo en las clases de ciencia para estudiar esta teoría alternativa. Bobby Henderson, un estudiante de Oregon y por lo que se ve un firme creyente en la libertad de cada Estado de dirigir sus propios asuntos, envió una carta a dicho consejo exigiendo la necesidad de exponer otra teoría según la cual un monstruo compuesto de spaghetti creó el mundo. La “teoría” no tiene otro objetivo que ridiculizar los fundamentos de la doctrina cristiana y desautorizar los honestos esfuerzos de algunos científicos por explicar los numerosos agujeros de la teoría de la evolución.

Gracias a la alta concentración de hippies y ecologistas en el estado de Oregon, la infantil humorada de Bobby Henderson ha tenido un gran seguimiento en foros y páginas web de internet. Y, cómo íbamos a ser menos: la versión española de la enciclopedia progre de internet le dedica un espacio desproporcionado. Y yo me pregunto: ¿a quién le importa aquí lo que diga un estudiante de física de Oregon? El artículo demuestra una cosa: el apego incondicional e irracionalista de la progresía hispana a la evolución y a paridas como el proyecto Gran Simio no se basa en ningún interés científico, sino que forma parte de una destructiva y furibunda cadena de ataques a la iglesia. ¿A fin de cuentas, qué interés por la ciencia ha demostrado Carmen Calvo hasta ahora?

Pero no son los primeros. El propio Darwin manifiesta en On the Origin of Species que su teoría está abiertamente dirigida a desautorizar la religión cristiana. Esto no venía de nuevo. Ya antes había manifestado que la religión era un mecanismo de supervivencia tribal, con lo cual se estableció como uno de los predecesores de la psicología colectiva jungiana. Se especula que la fobia antirreeligiosa de Darwin ya le viene de los tiempos de su famoso viaje en el Beagle y sus trifulcas con el capitán Robert FitzRoy, un devoto anglicano que vio una clara contradicción entre la formación teológica del joven Darwin y sus ideas “librepensadoras” (que es como se hacían llamar los progres de entonces). Para que no me tachen de parcial, dos versiones evolucionistas del culebrón aquí y aquí.

Dirigida más por un arrebato irracionalista y antirreligioso que por un deseo real de investigar los orígenes de la vida, la teoría de la evolución contiene numerosos agujeros que los biólogos han tenido que arrastrar por ya más de un siglo. ¿Cómo puede la evolución añadir información a los genomas para que vayan creando organismos más complejos? ¿Cómo pudo generarse espontáneamente la primera célula? ¿Cómo puede la evolución provocar los drásticos cambios que se observan en el registro fósil? El diseño inteligente no hace más que proponer una teoría alternativa a otra teoría con el fin de explicar esos agujeros. Como ya demostró Thomas S. Kuhn, esto forma parte del proceso de la evolución (mira tú por donde) de la ciencia. Pero el peligro para progresistas y científicos agnósticos es que esta explicación parece consonante con las creencias de más de un 25% de la población mundial. Tal vez esto explique que la respuesta “científica” de evolucionistas y progres sea el desdén y la ridiculización de la personalidad.

martes, agosto 29, 2006

Celebrate

Esta mañana celebro con alegría que formo parte de una comunidad de individuos libres, tal vez no tan libres como sería deseable, pero sí libres de mente, lo cual es principio y base fundamental para todo lo que tenga que venir después.

Y aquí una cita para empezar el día discurriendo. Espero que les haga reflexionar tanto como a mí.
El progresismo que colocaba la verdad en un vago mañana ha sido el opio entontecedor de la humanidad. Verdad es lo que ahora es verdad, y no lo que se va a descubrir en un futuro indeterminado. (José Ortega y Gasset. "Historia como sistema". Alianza, 1981.)

lunes, agosto 28, 2006

R-E-S-P-E-C-T

El año más feliz de mi vida lo pasé en South Dakota. O, como debería decir, en Dakota del Sur. Mis padres tenían pendiente durante ese curso una mudanza muy complicada y un amigo les ofreció acogerme durante un año de intercambio en el mismo instituto al que iban sus hijos, en Sioux Falls. Eran los ochenta y luego he vuelto otras veces y alguna más hasta los he visitado en Kansas. Esa es una América que nunca aparece en Europa, como no sea para ridiculizarla. Los típicos bufones progres presuntamente tan civilizados que se ríen de unos presuntos freaks, cuando los enanos jorobados son ellos precisamente, como si su torcida y podrida visión del mundo fuese la normal y todo lo demás una tribu de anormales. Es tan absurdo como si el Oskar de Günter Grass se presentara como el modelo perfecto del crecimiento humano. Pero a Grass me lo guardo para otro día. Y tampoco toca hoy hablar del esperpento de Europa, que no se da cuenta de hasta qué punto se mira a sí misma en espejos deformes y deformantes.

De lo que quería hablar es de algo que leí hace tiempo y que no quiero que se me muera sin tratarlo: la Segunda Enmienda de la Constitución americana, si queremos decirlo fríamente, o si queremos decirlo de forma más directa, del inmenso, no cuantificable beneficio social y espiritual que las armas traen a cualquier sociedad que las permita libremente.

De las estadísticas hablaba en junio Albert Esplugás, con notable juicio, pero yo estoy más en la línea de Eric S. Raymond. Es un tema complicado de expresar. Lo que a mí me mueve a defenderlas no es que las armas salven vidas, y no es porque sean una educación ética al hacernos conscientes de la responsabilidad que supone cargar un arma y usarla (o no). Como dice Clint Eastwood en Sin perdón, cuando matas a un hombre le quitas todo lo que tiene (una feminista imbécil preguntaría de inmediato, "¿y qué pasa cuando matas a una mujer?", pero de feministas imbéciles hablo otro día... joder, cómo se acumula el trabajo...). Eso es lo que dice Raymond, que el uso de armas es una educación ética, y es una perspectiva muy válida, infinitamente más válida que todas las estadísticas que logremos acumular. Sin embargo, hay algo más allá de las estadísticas, que la progresía torcerá a su antojo, y más allá de la ética, que el "progresismo" escribe con hache cuando no va y directamente la secuestra, la mete en un zulo con puerta de caja acorazada, y la viola cada noche mientras le grita que le llame amo. Eso es lo que la izquierda hace, a veces (?), con la ética.

De lo que yo quiero hablar (me cuesta, disculpas) es de respeto. De RESPETO. De un respeto casi metafísico que yo sentía disparando el Magnum .357 que me dio mi "padre americano" para que practicara el tiro al blanco, en el cobertizo de la granja que tenía a las afueras de la ciudad. El mismo rellenaba sus cartuchos igual que se líaba sus propios cigarros y me dio un .357 porque pensó que era perfecto para el hombretón que yo iba camino de ser, pero que no me arrancaría un brazo con el retroceso. Allí, rodeado de un vacío sin fin en cada dirección, cada disparo sonaba enorme en un aire de una limpieza increíble. Cada disparo te hacía consciente de la gigantesca importancia que tiene la bala que sale del cañón. Y para que eso ocurra no importa si tu familia está detrás y la defiendes, o si estás tomando la decisión correcta o no al disparar. La bala que sale te pone en contacto directo con el mundo, con las grandes verdades de la vida y la muerte que solamente puedes entender hoy con una pistola en la mano. Disparando, te enfrentas a los grandes misterios que abre (o podría abrir) cada bala, cada apretón en el gatillo. La pistola que empuñas es una llave posible a otras dimensiones en las cuales no eres nadie. La vida toma otro sabor cuando sabes que un ligero clic basta para arrebatarla. Sentir que la muerte, que es inmensamente más grande que nosotros, puede caber en tu mano te hace sentir inmensamente pequeño y gigantesco, al mismo tiempo.

Cada vez que disparas una pistola te haces más sabio, al entender que hay cosas tan valiosas y tan grandes que el único sentimiento posible ante ellas es el respeto. Un respeto, una sensación de respeto que se filtra hasta el tuétano. Ese respeto que te abre los ojos y te da la justa medida del hombre, una medida exacta de su tamaño, poder e invalidez. Un hombre que dispara si algún día se vuelve un bufón contrahecho, sabrá darse cuenta de que lo es, y nunca se creerá esbelto si se mira en los espejos del Callejón del Gato. La medida exacta humana que se alcanza disparando reflexivamente (aunque sin pensar) da pie a un gran RESPETO, un gran respeto hacia todo lo que eres y puedes ser y todo lo que no eres y no podrás ser nunca jamás. Disparar da un conocimiento cierto de que hay verdades profundas que nunca se podrán manipular. Disparar hace que comprendas con cada fogonazo que la Verdad existe. Una verdad objetiva que no se vende y que hay que alcanzar. Nada de las distorsiones interesadas presentadas como "verdades" de ya sabemos quiénes. De disparar sacas un hondo compromiso con mirar a las cosas directamente a los ojos, buscando la línea entre lo cierto y la mentira...

Cuando explotó el Challenger justamente estaba en South Dakota. Como era entre semana no pude ir a disparar hasta el sábado, y ese día cayó una nevada que me dejó encerrado en casa. Pero el domingo había un cielo imposiblemente puro, crisp se dice en inglés. Tras volver de la Iglesia (donde hubo un recuerdo para los siete) mi "padre" y yo llenamos el aire de disparos mientras teníamos en la cabeza a las víctimas en ese nuevo Titanic. Desvanecidas para siempre en un simple parpadeo.

Otros sabrán defender la libre posesión de armas con argumentos lógicos y éticos y ser sin duda mucho más convincentes. A mí me sale directamente de las entrañas, del conocimiento de los límites y lo ilimitado que se me concedió en esa época tan caótica que es la adolescencia. Seguramente sería de una forma muy diferente sin ese cobertizo y esa pistola.

(Perdón por el rollo y el lenguaje, que quizá se pasa tres pueblos por lo literario. Era algo que me quería sacar de dentro y a lo mejor no está muy claro).

jueves, agosto 24, 2006

Arte subvencionado (1)

Uno de los sonsonetes típicos con los que la progresía se repite hasta la saciedad es la “subvención de la cultura”. ¡Qué bonito es vivir en un estado moderno y progresista que pone los museos y los teatros al alcance de todos, que promociona cineastas, escritores y artistas plásticos para que puedan concentrarse en la producción de su obra!

Estos argumentos contienen un cúmulo de falacias diversas. El más evidente, que el arte de disfrute público ya existía antes de la instauración del estado moderno. En la Edad Media, por ejemplo, las iglesias se cubrían con arte destinado a la instrucción popular. En la Italia renacentista, el crecimiento económico impulsó el mecenazgo que dio lugar a la explosión artística del Quattrocento. Con esto quiero decir que los agentes privados han sido impulsores de la creación artística desde mucho antes que el Estado se arrogara esta función. Siguiente problema: la promoción pública de artistas la pagamos todos, los que nos gusta el arte y los que no. Su peliculita de Almodóvar o su novelita de Suso de Toro no valen x€, sino x€+n+n' donde n sería la parte correspondiente de sus impuestos y n' la parte de los impuestos de los señores que no van a ver la película o a leer la novela pero que pagan por ella igualmente. Además, la subvención a los artistas suele afectar muy negativamente a los que no cuentan con subvención, puesto que una parte considerable de los gastos de publicación/exhibición de la obra de artistas subvencionados ya está enjuagada por el Estado, con lo cual el material que no cuenta con esta clase de apoyo suele terminar cubierto de telarañas en los despachos de editoriales y agentes. A José Manuel Caballero Bonald o a Soledad Puértolas las subvenciones les parecen chachis: con esto y con los ciclos de conferencias en universidades públicas, su plato de garbanzos diario está asegurado por muy poco que se venda su próximo bodrio. Pero para el mindundi que escribe su primera novela no. Para sobrevivir, el mindundi tiene que buscarse padrinos (como tuvo que hacer el gran Juan Manuel de Prada con Paco Umbral) o escribir novelas escándalo de calidad dudosa (José Ángel Mañas) o integrarse en el sistema político-mediático (Lucía Etxeberría, Espido Freire). Por último, majaderías progres como el “precio mínimo” dificultan el funcionamiento de estrategias comerciales como la búsqueda de la maximización del beneficio, la venta de autores noveles a precio reducido, o la retirada de stocks que ya han estado disponibles por un tiempo en las librerías (España debe ser el único país del mundo donde una misma novela puede estar en el stand de "Novedades" por más de un año).

Vamos a los conciertos. ¿A que mola cuando el ayuntamiento te trae a El Canto del Loco en concierto? Los encefalogramas planos siguen creyendo que esto es “gratis”. Los que tienen una o dos neuronas, que esto viene del “sabio empleo de los impuestos”. Pero tampoco es eso, ¿o de verdad se creen que El Canto del Loco o Chenoa se conforman con una parte del presupuesto de cultura de cualquier municipio patrio? Los grandes actos “culturales” de fiestas municipales suelen venir de la venta a precio de mercado de suelo destinado a Viviendas de Protección Oficial. La provisión demagógica de “circo gratis” implica por lo tanto un delito múltiple contra la ciudadanía. En lugar de permitir que el suelo se integre en el mercado, los municipios se apropian de una parte; el precio del suelo que queda en el mercado, por tanto, sube, y como consecuencia sube también la vivienda. Con los impuestos, se construyen y promueven VPOs. Su asignación rara vez es “limpia”: los principales beneficiarios de la venta de VPOs son pequeños funcionarios (policías, agentes judiciales, chupatintas y algunos de mis distinguidos colegas) y sus allegados. Aún suponiendo que el proceso fuera transparente: el señor que compra una VPO escala en la sociedad y se vuelve “propietario”, entra en el mercado inmobiliario no gracias a su trabajo sino por suscripción pública, pagada por usted y por mí independientemente de que usted y yo tengamos vivienda o no. Al mismo tiempo, la localización de un recurso escaso en un grupo de privilegiados (por lo administrativo) no hace sino subir el precio del suelo y la vivienda para los mindundis (por si las dudas: usted y yo). Cerremos el círculo, pues: la subida del precio del suelo, por lo tanto, hace que una venta “de tapadillo” a constructoras e inmobiliarias (en buenas relaciones con la administración local) resulte especialmente lucrativa para promocionar fruslerías que mantengan contenta a una población ignorante de lo cara que le está saliendo esta broma.

¿Sabia utilización de los recursos públicos? Qué duda cabe. Pero legal y moralmente cuestionable, y extremadamente ineficiente. Su vivienda y el concierto de El Canto del Loco le saldrían mucho más baratos en un sistema donde estos bienes fluyeran de forma natural en un mercado libre.

(Me esperan y debo irme, pero continuará)

martes, agosto 22, 2006

Nuevo logo


Vale, vale: un cero en originalidad.

Pero rico rico :-)

United 93 vs WTC

Como era de esperar, ya han comenzado a aparecer narraciones fílmicas de los terribles hechos del 11 de septiembre. Los del vuelo de la United que se estrelló en Pennsylvania tal vez son el epítome del heroísmo. Piénselo: unos seres comunes, como usted o como yo, reunen el coraje suficiente para embarcarse en una acción suicida con el fin de evitar una masacre (¿no es conmovedora la diferencia entre estos y los que se suicidan para cometer una masacre?). United 93 llega a nuestras pantallas esta semana. Paul Greengrass ya realizó un estupendo docudrama acerca de la desfachatez del gobierno Blair al dejar colgadas a las víctimas de un grupo escindido del IRA: Omagh debería ser vista por cualquiera que tenga un mínimo interés por la despreciable actitud de nuestros propios desgobernantes con las víctimas del terrorismo de ETA.

Los precedentes de Greengrass prometen que este estreno va a ser excelente. De la que no me fío en absoluto es de World Trade Center, que no pienso ir a ver a no ser que reciba recomendaciones unánimes de gente de confianza. He aquí mis razones:

-Salvador. Qué malos son los EEUU que apoyan dictaduras en el extranjero, bla bla bla. Ni una mención de la amenaza comunista.

-Platoon. Si todos los soldados de Vietnam eran filósofos de pacotilla al estilo del sargento Elias Grodin, se entiende que Occidente perdiera la guerra. Necesitamos más historias como la del sargento Barnes.

-Wall Street. El keynesianismo y el sindicalismo unen sus fuerzas para dilapidar a un héroe incomprendido, Gordon Gekko, una parodia desdibujada del desdichado corredor Michael Milken. Stone aprovechó una fase de odio irracional de la clase media americana contra los magos de Wall Street para hacer su agosto particular. Una de las cosas más llamativas de la película es que este malo tan malo que es Gordon Gekko nunca comete una ilegalidad, mientras que la moral de su "héroe" Bud Fox se mantiene a duras penas en la cuerda floja. Menos mal que la vida real no es como en las películas.

-Heaven and Earth. Ejercicio de autoflagelación. Todos los americanos deberían peregrinar de rodillas a la casa del vietnamita más cercano y suplicarle perdón por todo el mal causado. Una mujer ultrajada e incomprendida es aquí una metáfora de Vietnam. Ni mención de las oportunidades disponibles en la tierra de acogida.

-Natural Born Killers. Violencia gratuita con pretensiones artísticas. Siempre me he preguntado si el cameraman padecía Parkinson. Hoy cualquier directorcillo de reality show lo hace mucho mejor.

-Nixon. Otra dilapidación irracionalista y parcial.

-Any Given Sunday. Oliver Stone ha descubierto que el football es un negocio y hace negocio contándonos lo malo que es hacer negocio. Epítome de la filosocresía progre.

-Comandante. Huelgan comentarios.

-Persona non grata. Documentalismo MTV al servicio de una crónica sesgada y sin fundamento del conflicto palestino. Menos mal que Stone no dirige la CNN.

-Alexander. Fuera de un reparto estelar, no hay ninguna diferencia entre esta cinta y el cine de sandalia italiano.

En vista de este currículum, yo espero muy poco. Espero equivocarme.

viernes, agosto 18, 2006

Fábula de la propietaria, el inmigrante y el policía


Hace poco tuve el gusto de volver a ver House of Sand and Fog, la pequeña obra maestra del director independiente ucraniano Vadim Perelman (un fichaje reciente de Hollywood con un gran talento dramático que va a dar mucho que hablar en el futuro próximo). La comento aquí porque no recibió en España la atención que se merecía y creo que todo liberal debería ver esta fábula del estatismo. A los que no les gusta que les cuenten el final de las películas, que no sigan leyendo.

Kathy es una ex-drogadicta que padece una depresión post-matrimonial. Un día despierta con policías en la puerta de su casa con una orden de deshaucio. El estado de California le embarga su casa debido a un error burocrático. Mahmoud Behrani es un militar huído de la revolución islamista de Jomeini. Acaba de conseguir un ventajoso matrimonio para su hija en la comunidad de exiliados, y, merced al pluriempleo, consigue a duras mantener a su mujer e hijo en un confortable tren de vida y termina apartando dinero suficiente para comprar, a precio de risa, la casa de Kathy en subasta pública. Kathy intenta recuperar su casa, pero Behrani sólo la va a revender a precio de mercado (cuatro veces superior al que pagó en la subasta). Aprovechando la atracción-compasión que Lester, uno de los policías que la deshaució, siente por ella, Kathy utiliza al agente para intimidar a la familia de Behrani. Ante la inquebrantable fortaleza del iraní, Kathy termina desesperándose y se intenta suicidar frente a la casa. El intento falla, pero debido a una superstición persa (o por compasión), Mahmoud Behrani decide entrarla en la casa, donde intenta suicidarse de nuevo. Lester, el policía, irrumpe en la casa y cree que han intentado hacerle daño, y mantiene rehén a la familia. Behrani pepara un plan para librarse de él, pero en su ejecución, algo sale mal y unos policías de paso terminan matando a su hijo.

El sueño americano (independencia financiera y un hogar) se ha convertido aquí en una pesadilla. La pregunta, ¿quién sobra? o, por mejor decir, ¿qué ausencia simplificaría el estado de relaciones entre individuos libres? Evidentemente, el policía, la figura del abuso de la autoridad estatal.

El error por el que Kathy pierde la casa se origina en la burocracia del condado, que se limita a mandar correspondencia reclamando el pago de cierto impuesto. Kathy, hasta cierto punto, está imposibilitada a causa de enajenación mental. En un estado de derecho (como dicen los progres), esta circunstancia sería más que suficiente para detener el proceso. Pero ni toda la compasión del policía ni un largo proceso legal le evitan el ser arrojada a vivir en su coche y ver como la propiedad heredada de su padre pasa a manos de un extraño.

A fin de llenar sus arcas, el Estado ejerce de perista al subastar a precio de risa bienes privados enajenados. Kathy erra al dirigir su furia contra Behrani: él sólo ha aprovechado una oportunidad disponible al mejor precio, y, al proponer la reventa de la casa, sólo procura maximizar el beneficio de la operación (comprar propiedad embargada comporta un alto riesgo, ya que a veces comporta enjuagar a la deuda asociada a dicha propiedad).

Lester, figura del poder coercitivo del estado (el emblema del condado siempre está visible cuando él se encuentra en la escena) aparece siempre en una posición de fuerza, intimidando a los sujetos. Existe un momento crítico: cuando Behrani termina encontrando una solución a los problemas de la familia y de Kathy, es decir, cuando se produce un principio de acuerdo privado, es precisamente cuando Lester pierde los papeles definitivamente y termina por secuestrar a los Behrani en su propia casa, supuestamente en defensa de los intereses de su protegida. Es decir, cuando el estado ha perdido el control sobre las relaciones libres entre individuos, se encuentra en el punto en que debe intensificar su fuerza coactiva.

La película empieza con un policía preguntándole a Kathy. "¿Es esta su casa?" "Sí", contesta ella. Después de la tragedia, aparece de nuevo un policía repitiendo la pregunta. Ella contesta "no". ¿Es que ya no reclama la propiedad de su casa? No es eso: es la voz de una víctima del chantaje. Kathy y Mahmoud han perdido lo mejor de sí mismos a raíz de la incompetencia y la agresión de la burocracia estatista. No hay redención posible en la desolación del final, salvo esa advertencia sobre el potencial destructivo que tiene el estado cuando se entromete en las aspiraciones individuales más legítimas.

jueves, agosto 17, 2006

Para no dormir

Un ejemplo de lo ominoso:
"Die Wiener Gasanstalt hat die Belieferung der Juden mit Gas eingestellt. Der Gasvenbrauch der jüdischen Bevölkerung brachte für die Gasgesellschaft Verluste mit sich, da gerade die grössten Konsumenten ihre Rechnungen nicht belichen."

(La compañía de gas vienesa había cesado la provisión de gas a sus clientes judíos, puesto que precisamente los consumidores más importantes estaban utilizando el gas para suicidarse y consecuentemente estaban dejando sus facturas sin pagar)

[Correspondencia de Walter Benjamin, 2a ed. (1978)].

Que no tengamos que volver a este extremo NUNCA.

lunes, agosto 14, 2006

Diga pa-ta-ta

Estos días he estado descubriendo muchos blogs y sitios nuevos. Especialmente interesante el blog de la filipino-americana Michelle Malkin. Su perfil racial me parece digno de mención ya que los americanos de origen extremooriental fueron el único colectivo que no se sumó a la rabiosa ola de etnovictimismo que ha estado asolando EEUU en oleadas periódicas más o menos a partir de la época de la administración Carter. El resultado de la correcta educación de una inmigrante salta a la vista: un sujeto perfectamente integrado, casado con una persona del país, y una de las columnistas más relevantes de la esfera liberal-conservadora.

Me ha llamado la atención este post. Vean la foto de esta ricura y busquen el defecto.



Seguro que a cualquier persona con ansias paternales se le caería la baba. Pero el defecto, según la burocracia británica, es que los hombros desnudos de esta niña podrían ofender la sensibilidad de las autoridades de otros países islámicos. ¡Dios mío! Aparte de que merece la pena preguntarse qué clase de hombría puede sentirse tentada u ofendida por la visión de la piel de una pre-púber (ya sabemos que Mahoma era un pederasta, pero no sabía que la práctica se extendiera a todos sus fieles), lo que ya clama al cielo es que para realizar un viaje al sur de Francia una familia honrada no sólo debe seguir las regulaciones oficiales, sino tener en cuenta los sentimientos de unos tipos que están miles de kilómetros al este. El islamofascismo está aquí, y algo habrá que hacer para detenerlo, o no tardaremos en comer con la mano izquierda y sólo Dios sabe qué más.



P.S.: aprovecho para añadir mi granito de arena a la sensibilización universal: en la China el amarillo se asocia a la lascivia y la pornografía. Todos los rótulos de los prostíbulos de Macao, por ejemplo, son amarillos, en lugar del neón rojo típico de occidente. Así que si se va a la China (mejor vaya a un país libre: Taiwán), no le haga las fotos del pasaporte a la niña vestida de amarillo, no sea que el capitán Chan lo denuncie a la Interpol por guarrindongo.

miércoles, agosto 09, 2006

Ley de la ventaja comparativa

A los que somos lo suficientemente maduros como para no querer tener siempre razón, o ir por ahí luciendo pelito en pecho dialéctico, nos suele suceder que a veces tenemos que rendirnos ante los pesados que son todo lo contrario que nosotros. Esto es lo que me ha sucedido hoy a la hora del vermut con un energúmeno, un progre supersabidillo, cosmopolita de cafetín de jubilados que no ha pisado Madrid o cualquier ciudad que se precie de tal nombre, de esos que dan honor a la cruz de sonsonete que nos toca cargar en mi amada provincia ("Albacete, caga y vete"). En fin, para qué hablar.

El tipo en cuestión, cargo medio en una oficina provincial de una compañía de seguros, me ha espetado: "si sabes tanto de tantas cosas, ¿por qué no estás dirigiendo un banco en lugar de ser maestrillo de escuela?", y ha seguido esputando despropósitos sobre el Rolls Royce que todos los supuestos listillos como yo deberíamos tener. Me ha costado sobreponerme a su falta de respeto por mi profesión. Yo respeto mucho a todos los banqueros, con la excepción de Samaranch; asimismo, cualquier persona educada tiene, en general, un gran respeto por la tarea de los maestros (esto se nota cuando uno habla con padres de alumnos); incluso debo reconocer que respeto a algunos de los colegas progretas con que me toca cruzarme a diario.

En fin, tras sobreponerme, le he intentado explicar a la bestia qué es la ley de la ventaja comparativa, sin demasiado éxito. No es de sorprender, en el fondo. Pronunciada por primera vez por David Ricardo, es una de las leyes más profundas de la economía y por varias razones que no vienen al caso ha suscitado profunda suspacia entre grandes pensadores no economistas. Poco cabe esperar entonces de mi cerril amigo.

Esta ley es una versión elaborada del "Zapatero, a tus zapatos". ¿Por qué es más útil que Filipinas produzca chips en lugar de EEUU? La diferencia de costes explica sólo una parte de la ecuación ¿No harán los EEUU más chips, más fiables y más duraderos, chips que atraiga a consumidores más exigentes? Seguramente, pero la fuerza de trabajo de EEUU puede, racionalmente, obtener más beneficio produciendo trabajo intelectual (p.ej. software) u otras industrias especializadas (p.ej. armamentística, aeronáutica) que la balanza comercial puede intercambiar por chips con Filipinas (que tiene una menor o nula capacidad de producir software o armamento o aviones). Trasladémonos al terreno de las personas. ¿Por qué no me puedo dedicar yo al automovilismo? Sin duda, los corredores de Fórmula-1 ganan mucho más que los maestros. No cabe duda, podría ganar mucho dinero. ¿Pero tanto como Fernando Alonso? No, porque no soy tan bueno conduciendo: perdería carreras, me cargaría coches, haría perder dinero a mis patrocinadores. Es más, igual después de uno o dos años de ganar un buen sueldo terminarían despidiéndome. Entre tanto, España ha perdido un buen maestro. Y vice versa: seguro que Fernando Alonso sería un gran comunicador y un gran maestro, mejor que yo. Pero aún siendo mejor que yo, ¿generaría la misma utilidad que con sus capacidades como conductor de F-1? Sin lugar a dudas, no. Es mejor que yo me dedique a maestro, siendo sólo un poco peor que él, y que él se dedique a corredor, siendo muchísimo mejor que yo.

La incapacidad de comprender esta ley explica también en parte el fracaso de las economías planificadas (socialistas o socialdemócratas). Vámonos a la China de Mao. Mao ordena que todos los agricultores se pongan a fabricar acero con hornos caseros. Sin entrar en el mal que ello causa a la agricultura, el resultado final es eso: acero casero, de mala calidad, que no se puede usar en barcos, ni utillaje, ni nada de nada. Suponiendo que el acero no salga tan malo, sólo mediocre: ahora a Mao le sobra acero, y se lo quiere vender a Stalin. Pero Stalin le dice, "¿Estás chalado? Mis héroes stajanovistas de Magnitogorsk producen más y mejor acero que tú. Lo que sí que me iría bien es un poco de arroz. Volvimos a tener helada en los Urales y tengo a los héroes un poco flacos". Mao responde: "¡Qué casualidad! Mis campesinos también están un poco flacos. Como estaban fabricando acero, no han podido dedicarse completamente a sus cultivos y la producción de arroz ha sido la peor de la década." Stalin se atusa el bigote: "¿No tienes arroz?"

Si Mao y Stalin no fueran tan tontos, hubieran dejado que un mercado libre manejado por individuos libres hubiera canalizado la fuerza de trabajo y el capital intelectual por donde se pudiera maximizar beneficio para ambos en producción e intercambio. Dicho sea de paso, millones de individuos libres hubieran sobrevivido.

Ejemplo 2. Mao cree que los intelectuales son focos de subversión, de modo que cierra todas las facultades (excepto la de medicina, el muy hipocondríaco). Resulta que estos intelectuales son tan voluntariosos que producen hasta un poco más que el campesino común, que se contenta con su cuenco de arroz blanco diario. Mao se friega las manos: "¡qué exito! ¡qué éxito!" Corre a ver a Khruschev (Stalin ya se ha muerto) y le dice: "Mira, he recolocado a mis intelectuales en los campos y hemos producido arroz extra este año. Te doy mi excedente de arroz a cambio de que me envíes a unos cuantos ingenieros, arquitectos, aviadores, biólogos, mecánicos y taquimecanógrafas, que fuera de los campos de arroz el país está hecho un desastre." Khruschev se seca el sudor de la calva y dice "¿Todo esto me pides por un poco de arroz? Me parece que voy a llegar a un pequeño acuerdo con los perros capitalistas occidentales."

lunes, agosto 07, 2006

¿Pues qué creían que era el socialismo?

Este fin de semana he estado navegando por la blogosfera izquierdosa. Hay pocas cosas dignas de mención, aparte de lo manido, trasnochado y poco original de las consignas. Puede uno imaginárselos perfectamente como Sturmtruppen de la internet: ningún criterio, ninguna diferenciación, una especie de agente Smith multiplicado por sí mismo ad infinitum, pero sin las dotes teatrales de Hugo Weaving. También ha resultado curiosamente enternecedor contemplar a los florales y alucinados personajillos de Las Ideas, pues creía que los hippies habían seguido el camino del dodo. Pero ahí siguen, vivitos y coleando. Por último, me he pasado por el blog de Ignacio Escolar, que es, según tengo entendido (y a juzgar por la fauna que se reune en sus comentarios y foros) punto de reunión de la izquierda juvenil (o al menos eso es lo que se infiere de la escasa madurez de algunas intervenciones). No ha conseguido impresionarme: un tipo que no se moja, que se limita a citar material de otros periodistas y bloggers y que se nutre del material proporcionado diligentemente por sus Jugend. Así cualquiera bloguea.

Leyendo el material citado por el susodicho Escolar, llego a un curioso artículo en el que un columnista progre se lamenta por la debacle causada por el castrismo. Entrañable el siguiente pasaje:

Es imposible que la Cuba que imaginaron aquel puñado de barbudos que se hicieron fuertes en Sierra Maestra y derrocaron a Batista guarde algún parecido con la triste imagen que devuelve el espejo de la realidad actual. Un país de presos políticos y de cartillas de racionamiento, un régimen que ha colocado en cada esquina a un comisario del partido, un prostíbulo sórdido que satisface los deseos más bajos del turismo del todo incluido no puede ser la patria del socialismo. Forzosamente, el socialismo ha de ser otra cosa.
Atención a la última frase. No, señor Escudier, no se esfuerce. Precisamente, el socialismo es todo esto que usted dice, el resultado que cabe esperar de la planificación gubernamental, la economía de diseño, el idealismo acientífico sobre la condición humana, la regulación del comportamiento humano por decreto, y, por encima de todo, la corrupta y corruptora burocratización de la sociedad a todos los niveles. Si le conociera personalmente, le pediría que contemplara esto: socialismo en estado puro (hallado en el blog de Juan Carlos Rodríguez. AVISO: son imágenes MUY DESAGRADABLES tomadas clandestinamente en los hospitales del régimen; ).

De todas maneras, el resto del artículo resulta entrañable, como digo, porque en él vemos al progresista que razona y que, aún así, se aferra con desespero a su fe. El señor Escudier parece inteligente, y no dudo que en su pugna la razón terminará prevaleciendo. No hay nada más doloroso en el mundo que perder una fe, pero no tema: al llegar a la luz al final de la caverna los resultados pueden ser, después de la ceguera inicial, magníficamente reveladores. Ánimo.

Actualización: Resulta que el propio Juan Carlos ya advirtió el mismo artículo que encontré aquí y le dedica un jugoso post.

martes, agosto 01, 2006

De las mieles de la educación a las leches de la pedagogía

A medida que pasan los años uno cree que decae la capacidad de sorprenderse ante las posibilidades de corromper a las personas. Y aún así, lo que me contaba un colega que está de "stage" como enseñante en un colegio público en Staffordshire (UK) rebasa los límites. La última moda entre los alegres púberes de los Midlands es el "soggy biscuit". Según esta práctica, un grupo de adolescentes se pone en círculo a masturbarse alrededor de una galleta. El primero en arrojar sus fluidos sobre la galletita, gana. Hasta aquí parece un ejercicio de puntería, pero hay más: el último en alcanzar el orgasmo "pierde" y como "paga" le toca comerse la galletita. con todo lo que lleve encima y sin dejar gota.

Esta práctica no es sólo denigrante sino extremadamente arriesgada para la salud de los muchachos. No me sorprendería que la moda llegara en cualquier momento a la España de ZP, donde los organismos del régimen nos envían guías donde se incita alegremente a las muchachas a masturbarse mutuamente sin considerar los riesgos para la salud física y mental de las niñas. (Quería añadir unos comentarios sobre la persona de la autora del folletito y su ridícula campaña en defensa propia, pero el respeto a los difuntos me lo impide. Dejemos la cosa como está).

Es lógico suponer que aberraciones como esta son el resultado de delegar en el Estado (o la escuela pública) una obligación básica como la educación sexual de los niños en el seno familiar. Nadie me va a pillar diciendo que las autoridades incitan al "soggy biscuit". Sin embargo, el instituto público (delegado del Estado) no puede aportar la atención individual y personalizada que la familia y algunas instituciones privadas sí pueden aportar, por eso debe ofrecer un modelo de "educación sexual" que se supone válido para todos, sin distinción de edad, sexo, religión y toda otra condición particular. Lo que para un niño será procesado como mera información, para otro serán instrucciones, modelos a imitar, incluso obligaciones. Aquí es cuando comienza el daño psicológico, sobre todo a las niñas, que desde los 13 años ya viven obsesionadas con mantener relaciones sexuales. ¿Quién habla de los males de la televisión cuando es el propio Estado quien fuerza a los niños a pasar por el mismo rasero del hedonismo por decreto? Una familia, o el propio niño/a (perdón: deformación profesional) mantiene el control de su mando a distancia, pero ni profesores ni alumnos(/as) tienen un mando a distancia que le permita dosificar o incluso rechazar los contenidos que se imponen desde la dominación estatal..

A lo mejor el caso no sería tan grave si la "educación sexual" se diseñara desde los propios institutos y fuera voluntaria, como se hace en muchos institutos de EEUU, donde se permite a las familias que eduquen a sus hijos en esta materia como les parezca mejor en función de su moralidad y religión. Pero cuando estas guías e instrucciones vienen de pedagogos (léase teóricos de la educación) que raramente llegan a mantener contacto con los muchachos en toda su carrera (im)profesional, quien sabe, a lo mejor la masturbación colectiva y la ingestión de fluidos propios y ajenos terminará por ser el menor de nuestros males.

Fluyan, pues, las leches de la pedagogía estatal. Uno ya no sabe si atribuir todo esto a la maldad o a la estulticia.